La curación de la Peste: sobre todo las medidas espirituales
55
En el curso de la segunda cruzada, el abate de Cluny, Pedro el Venerable, había
clamado:
¡A qué viene el irse al extremo del mundo a combatir a los sarracenos cuando
nosotros dejamos vivir entre nosotros a otros infieles mil veces más culpables
hacia Cristo que los Mahometanos!
A partir del siglo XII, la irrupción de los mercaderes cristianos en el comercio
occidental provocó un profundo antagonismo entre ellos y los comerciantes judíos
tradicionales.
A su vez, la Iglesia continuó con las reprimendas. En 1215 el IV Concilio de
Letrán obligó a los israelitas a no ejercer funciones públicas, a no cohabitar con los
cristianos y a distinguirse por su vestido. A partir de esta fecha hasta el último tercio
del XIV, otros once concilios y nueve ordenanzas reales, sólo en Francia, obligaron a
los judíos a llevar el signo distintivo de la rueda que tenía forma de un croissant de
color amarillo.
En 1267 los concilios de Breslau y de Viena prohibieron a los creyentes
aprovisionarse en las especierías y carnicerías de los judíos, por miedo a que
ese
pueblo maldito que tiene a los creyentes por sus enemigos, los envenene
.
De esta manera, la civilización medieval, profundamente enraizada en el
cristianismo, excluyó a los israelitas de toda la organización social occidental; poco a
poco fueron expulsados del acceso a los oficios y a las corporaciones. La adquisición o
la concesión de tierras, les resultó muy difícil. Vivieron al margen, encerrados en
guetos, y se especializaron en el comercio de la plata, que fue prohibido durante largo
tiempo a los cristianos.
Todas las veces que surgieron crisis se convirtieron en los chivos expiatorios, en
el objetivo del odio popular. Poco antes de la llegada de la peste negra a Francia ya
había habido un pogromo en el sur oeste.
Desde el principio del año 1320, circulaba un rumor. Por el mismo, se acusaba a
los judíos de haber empleado a los leprosos para envenenar a los cristianos. Unos y