Los remedios contra la Peste Negra-Javier Puerto - page 60

La curación de la Peste: sobre todo las medidas espirituales
60
Una vez terminado el violento ceremonial, uno entre ellos leía una carta. Según
decían la había llevado un ángel del Cielo a la Iglesia de San pedro de Jerusalén, el 25
de diciembre de 1348. Según la misma, la Virgen había obtenido de Cristo que todos
aquellos que viajasen, y se mortificaran de esa forma, serían perdonados de todas
sus faltas y alcanzarían el paraíso. Las mortificaciones se practicaban por la mañana,
la tarde y la noche; si alguno moría se hacía una flagelación complementaria. Para
resistirlo se precisaba una complexión muy robusta.
Entre los flagelantes había muchas pobres gentes, algunos sacerdotes y frailes
mendicantes y pocos burgueses y nobles.
Doscientos de ellos partiendo de Alemania llegaron a Estrasburgo al mismo
tiempo que la Peste, al principio de julio de 1349. En septiembre, al llegar de Flandes,
pasaron a Mauberge, Lille, Douai, Béthune, Saint-Omer, Arras… fueron una de las
causas de la persecución de los judíos, a quienes maldecían por su dedicación al
préstamo con interés, que consideraban usura, y a quienes consideraban un pueblo
deicida.
Los flagelantes, sin embargo, como la mayor parte de las congregaciones
surgidas al margen de la jerarquía eclesiástica, tampoco fueron bien vistos por ésta.
Les reprochaban el estar apartados de la Iglesia, el no asistir a Misa, no obedecer a
sus representantes y no cantar en latín.
El maestro en teología de la universidad de París, Jean de Fait, fue enviado a
Avignon para decidir con el Papa la actitud para con ellos. Al tiempo llegaron dos mil
peregrinos para hacerse reconocer y aprobar. El 19 de octubre de 1349, Clemente VI
envió a los obispos una bula en donde se les excomulgaba, particularmente si eran
clérigos. En ella se manejaban los siguientes argumentos: los flagelantes, bajo
pretexto de piedad, han hecho correr la sangre de los judíos, la cual, la caridad
cristiana debe preservar y proteger. Frecuentemente también la sangre de los
cristianos y, cuando ha llegado la ocasión, han robado los bienes de los clérigos, los
laicos y se han atribuido la autoridad legal de sus superiores… se pueden temer
grandes males si no se toman medidas severas para suprimirlos. En virtud de esas
1...,50,51,52,53,54,55,56,57,58,59 61,62,63,64,65,66,67,68,69,70,...98
Powered by FlippingBook