Los remedios contra la Peste Negra-Javier Puerto - page 64

La intervención del poder administrativo en la prevención y
curación de las epidemias
64
9.
L
A INTERVENCIÓN DEL PODER ADMINISTRATIVO EN LA
PREVENCIÓN Y CURACIÓN DE LAS EPIDEMIAS
En toda Europa se establecieron hospitales, extramuros de las ciudades,
siempre que era posible. Si resultaba viable se erigía un recinto para apestados, en
donde separaban a hombres y a mujeres. Era el de mayor tamaño y a donde todo el
mundo trataba de evitar el acudir. Los enfermos sabían de la dificultad de salir con
vida de allí y ocultaban cuanto podían sus síntomas. En numerosas ciudades trataron
de establecer un segundo recinto, alejado del primero, en donde entraban los casos
sospechosos o los enfermos de otras patologías capaces de transmitirse de manera
epidémica. Un tercer lugar se dedicaba a los convalecientes
88
.
A los enfermos los privaban de ropa, la quemaban y les proporcionaban los
santos sacramentos. Luego les aplicaban las terribles terapéuticas del momento: las
sangrías, los cauterios y los menos agresivos sahumerios de hierbas olorosas,
empleados para intentar evitar la “
corrupción
” del aire. Mantenían, en lo posible, una
escrupulosa limpieza.
Del tratamiento se encargaban médicos, boticarios, cirujanos y barberos. Era
difícil encontrarlos pues, siguiendo los preceptos de la ciencia, si podían huían
rápidamente. En toda Europa, a lo largo del siglo XVII, algunos médicos se
especializaron en el tratamiento de la enfermedad; llevaban los vestidos que se han
hecho famosos, por el terror producido entre las gentes con su sola presencia. Se
cubrían con un hábito de cuero, de pies a cabeza, llevaban guantes del mismo
material, una máscara de pico de ave en donde transportaban sustancias olorosas,
gruesas gafas, sombrero plano y un bastón o palo blanco, cuyo transporte resultaba
obligatorio para cuantos estaban contagiados de peste. Su presencia no sólo
provocaba miedo, también ira. Los ataques resultaban frecuentes. Para evitarlos se
constituyeron cuerpos de defensa de los sanitarios y enterradores.
Del tratamiento de la peste se ocupaban las autoridades centrales y las locales.
Empleaban elevadas sumas de dinero para abastecer a los pobres y hospitalizarlos
88
La manera en que se estructuraban los hospitales la podemos consultar en Nicolao BOCANGELINO,
Libro de las
enfermedades malignas y pestilentes, causas y pronósticos, curación y preservación
, Madrid: Luis Sánchez, 1600, fol 247
1...,54,55,56,57,58,59,60,61,62,63 65,66,67,68,69,70,71,72,73,74,...98
Powered by FlippingBook