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termogénico que las grasas insaturadas. No debemos olvidar que en la obesidad se
producen niveles elevados de colesterol ligado a las LDL que se incrementan, a su vez, por
el consumo de grasa saturada. También debe reducirse todo lo posible el aporte de ácidos
grasos
trans
(<1% de la energía) dada la también conocida relación de estos ácidos grasos
con el incremento de la resistencia a la insulina y el empeoramiento de perfil lipoproteico
(elevan LDL, Lp(a) y posiblemente VLDL, y reducen los niveles de HDL) (ver libro blanco
de la Nutrición en España y también los capítulos del Dr. Gutiérrez-Fuentes y del Prof.
Benito de las Heras, en este curso).
El consumo de ácidos grasos omega-3 de cadena muy larga también presenta cierto
interés en obesidad, dado que esta enfermedad se considera de origen inflamatorio y que
algunos investigadores piensan que estos ácidos grasos ejercen algún papel reductor sobre
el peso corporal.
Hidratos de Carbono.
Debe asegurarse una ingesta adecuada y suficiente de hidratos de
carbono (Tabla 2). Nuestro organismo, para un correcto funcionamiento, necesita alrededor
del 50% de la energía procedente de hidratos de carbono. La conversión metabólica de
hidratos de carbono en grasa es relativamente ineficiente (sólo del 75%). Además, los
hidratos de carbono ayudan a la hidratación corporal (el glucógeno y los glucosamina-
glicanos entre otros). Por lo que concierne a las grasas tienen un mayor efecto termogénico
(elevación del metabolismo basal en 10-15%). Los alimentos ricos en hidratos de carbono
complejos contienen agua y fibra y suelen ser más voluminosos, contribuyendo a ejercer
efectos de saciedad. Se permitirán, en cantidades controladas, los ricos en almidón,
restringiéndose o limitándose de forma importante la ingesta de hidratos de carbono de
elevado índice glucémico (p. ej. se evaluará la restricción de de algunas frutas). Atendiendo
al índice glucémico se cree que son mejores las legumbres, verduras y la mayoría de las
frutas que el pan y las patatas. Se evitará el consumo de fructosa por sus efectos deletéreos
en el metabolismo lipoproteico, en la resistencia a la insulina y porque promueven una
menor liberación de leptina en el tejido adiposo
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.
Fibra dietética.
Debido a la restricción absoluta calórica y de hidratos de carbono que
se realiza, es difícil alcanzar las cantidades aconsejadas para la población no obesa de 20-