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2.e. Otros regímenes.
Son especiales y en muchos casos desaconsejables dado que se
alejan de uno de los paradigmas de la nutrición, comer de todo pero de forma moderada.
Entre ellos se encuentran las
Dietas disociadas,
las
Dietas líquidas,
la
Dieta del astronauta,
la
Dieta de la Clínica Mayo, la de Hollywood, etc.,
que serán tratadas en el capítulo
“Dietas
milagro” y que se basan en criterios anacrónicos y sin suficiente base científica, suponiendo
en muchos casos un derroche de imaginación, monotonía y deficiencias nutricionales, y lo
que es también importante, no ayudan a la reeducación nutricional.
2.f. - Regímenes balanceados o equilibrados.
En la
actualidad existe general
aceptación entre los profesionales de la salud que son los más aconsejables, dado el
equilibrio entre los macronutrientes que aportan y porque ayudan a reeducar
nutricionalmente al paciente aunque las pérdidas de peso sean menores a las producidas en
otros regímenes de adelgazamiento. Será obligatorio el consumo de agua y bebidas
analcohólicas tipo “light” en cantidades que superen los dos litros diarios. Las proteínas
aportarán entre el 15-30% de las kcal totales, los hidratos de carbono del 40-55% y las
grasas del 30-35%. El aporte de fibra será variado y de 20-30 gramos/día, ingiriéndose
minerales y vitaminas en cantidades que cubran las recomendaciones. Las comidas se
distribuirán en 4 o más tomas (
Tabla 2
).
Una de las características primordiales de las dietas mediterráneas es su
sostenibilida
d pudiendo consumirse sin riesgos para la salud de ningún tipo durante toda la
vida. La dieta mediterránea es variada, rica en nutrientes y sin exceso de energía y en su
estructura se encuentran componentes de probado beneficio para la prevención de
enfermedades degenerativas y en particular de la obesidad y del síndrome metabólico. Por
tanto, existe evidencia de que los regímenes balanceados o equilibrados, basados en la dieta
mediterránea, pueden ser muy adecuados. Según Garaulet y col. la disminución de la
ingesta de grasas en general, y de grasas saturadas en particular, el aumento de la ingesta de
cereales, en detrimento del consumo de carnes grasas, el consumo de pescado y un aumento
de la ingesta de verduras y frutas, son las características típicas de una dieta equilibrada y
más aún de la Mediterránea. Esta Profesora de la Universidad de Murcia ha realizado
estudios muy variados en obesidad, buscando la interacción de los genes, los ciclos
circadianos y el comportamiento alimentario.