290
En una investigación realizada en individuos con sobrepeso/obesidad se estudiaron
durante largos periodos (casi 3años) los beneficios del consumo de una dieta restrictiva
(reducción del orden de 1000 kcal en los requerimientos energéticos) de naturaleza
Mediterránea, unida a 15-30 min de actividad física moderada-intensa 2/3 veces por
semana, debiendo dar al menos 10000 pasos diarios, además de la aplicación de una terapia
en grupo de tipo conductual, en la que en vez de ayudar a las personas a decidir “qué
cambiar”, se les ayudaba a identificar “cómo cambiarlo”, es decir se les ayudaba a eliminar
obstáculos a la pérdida de peso. Cuando la adherencia se mantenía se premiaba con el
reconocimiento de los otros pacientes y componentes del grupo de investigación
consiguiéndose así que el abandone del tratamiento fuera muy reducido. Quienes mostraron
adherencia al tratamiento (motivación y seguimiento) alcanzaban al término del estudio
pérdidas mayores y regulares que los que no siguieron, de forma adecuada la terapia en
grupo, estos mostraron pérdidas bastante menores y más irregulares en el mismo tiempo.
Este método consigue evitar el abandono de la terapia a medio plazo, algo muy común en
los tratamientos contra la obesidad.
El estudio PRONAF está diseñado para estudiar los efectos de la conjunción de la
restricción calórica balanceada (25% menos que la ingesta habitual) y el ejercicio. Si bien
existen matices en la reducción de peso, afectación de los almacenes grasos corporales y
marcadores de riesgo cardiovascular, la terapia conjunta redujo en todos los grupos el peso
de forma significativa.
La aplicación del programa educativo CHIP para la modificación del estilo de vida
insta al aumento del consumo de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, hortalizas,
legumbres) preferentemente en su forma natural (fruta entera, alimentos integrales) y
disminución de los alimentos de origen animal y manufacturados (p. ej. cereales
industriales azucarados, salsas comerciales, embutidos, enlatados, quesos maduros)
motivando además al paciente a aumentar su actividad física incrementando a ser posible el
número de pasos a 10000. Villalobos (tesis doctoral, datos sin publicar) ha estudiado la
viabilidad del programa CHIP en voluntarios con sobrepeso/obesidad. Las pérdidas de peso
fueron muy prometedoras durante los primeros meses, observándose un número elevado de
individuos que caminaban más de 5000 pasos diarios. No obstante, a los 6 meses de
estudio, las disminuciones ponderales se redujeron y ninguno de los voluntarios consiguió