Monografía XXXVIII: Primer Curso Avanzado sobre OBESIDAD - page CCCLXII

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pescado azul, considerado poco menos que venenoso hace unos cuarenta años, cuando en la
actualidad se tiene por excelente y portador de sustancias beneficiosas para nuestra salud.
2.3.1 Pan, legumbres, verduras, carnes y pescados en el mundo galenista.
El alimento más rep e entativo de la civilización occidental es el pan. Se podía
preparar con trigo, cebada, centeno, avena o arroz. Para los poderosos se hacía de trigo
como
semilla más perfecta y convenible al cuerpo humano
. El horneado para Felipe II debía ser
cocido en horno…de harina sin salvados, cocido con curiosidad y que tenga suficiente
cantidad de sal y levadura.
Las legumbres, junto al pan y el vino, formaban parte de la dieta de las gentes sencillas
durante la Edad Media y el Renacimiento. Eran componente básico de las ollas, a las que tan
aficionado fue el gran comilón Carlos I de España y V de Alemania, pero no se consideraban
apropiadas para las mesas reales. Arnau de Vilanova afirma que las legumbres
nunca son
buenas para los individuos templados que se mantienen sanos.
Las verduras también debieron de ser de uso constante durante la Edad Media y el
Renacimiento por las gentes sencillas pero el médico nutricionista renacentista Nuñez de Oria
asegura:
el uso continuo de la ortaliza
(sic)
no es convenible para la salud del cuerpo
humano, antes por el contrario es malo, porque como dice Averroes: todas las yerbas de su
naturaleza inclinan a engendrar humores melancólicos, excepto la lechuga, borraja, lengua
de buey, escarola, achicoria. Por lo qual
(sic.)
, como el dize
(sic.)
no conviene por vía de
mantenimiento, sino de medicina.
El mismo autor asegura:
porque el mucho uso de comer frutas suelen los hombres
venir en agudas y mortales enfermedades
, lo que nos indica que tampoco eran apreciadas por
los dietistas, al menos hasta el Renacimiento.
De las carnes, por el contrario consideraban que de su comida
se sigue gran
confortación para el cuerpo
.
Las que son más semejantes y propincuas a nuestra naturaleza
,
serían las de puerco, carnero y cabrito, nunca las de zorra o liebre. Entre animales domésticos
o salvajes preferían los primeros pero consideraban que las de caza daban más fuerza al
cuerpo. Entre los animales domésticos los criados en el campo: palomas de torre, puerco-jabalí
criado en libertad; mejor la de los machos, luego la de los castrados y por fin la de hembras.
Consideraban bueno el becerro y ternero de leche, pero no lechones ni corderos. Las carnes en
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