370
3 Aspectos sociales y estéticos de la obesidad.
3.1 Prehistoria
Durante la Prehistoria es difícil suponer la existencia de la obesidad por las
circunstancias en que se desarrolló. A partir del neolítico pudiera darse algún caso, pero las
circunstancias alimenticias y sanitarias lo hacen improbable. Pese a ello se conservan varias
pequeñas esculturas llamadas
venus
, la más conocida la de Willendorf, tallada en piedra caliza,
de unos 25.000 a.C (Museo de Historia Natural de Viena) y también la de Lespugue, entre el
26.000 y el 24.000 a.C. (Museo del Hombre de París) realizada en marfil de mamut o la de
Laussel, esculpida en un bloque de piedra caliza dura, de difícil datación (Museo de Aquitania
en Burdeos).
Todas ellas son esculturas o tallas no realistas, en donde se representan, de manera muy
voluminosa, el abdomen, las nalgas y las
mamas, con grandes adiposidades.
Generalmente se consideran símbolos de
la fecundidad y de la maternidad, acaso
con intenciones religioso-mágicas, no
plasmaciones artísticas de la obesidad.
3.2 Grecia y Roma.
En Grecia vimos como Hipócrates se ocupaba de la obesidad, lo cual nos habla de su
existencia y Platón (s. V-IV a.C.) reclama una dieta equilibrada y moderada para mantener la
salud, pues asocia la obesidad con la disminución de la esperanza de vida; incluso en
La
República
menciona la importancia de la dieta (aunque puede referirse a la regla de vida en el
sentido antiguo, no simplemente a la nutrición) cuando pone el ejemplo del carpintero
enfermo.
En la Grecia clásica la belleza era un valor importantísimo, en el cual estaba incluida la
formación intelectual, lo que llamaríamos belleza interior. En lo material se relacionaba con la
armonía y el canon de belleza se establece mediante la proporción en las partes. Así entendido,
la obesidad no tiene porqué ser fea, si es armoniosa y esa armonía se conjuga con un buen
desarrollo espiritual e intelectual. Sin embargo la realidad de la escultura griega nos muestra
personajes masculinos bien formados y musculosos y femeninos también proporcionados, sin
Figura 7. Venus de Willendorf.