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que el hombre es hombre, o al menos desde Noé, el hombre ha buscado producir
y consumir tales alimentos. El vino sustituía en muchos casos al agua de bebida,
ya que salvo excepciones, como agua recogida de manantiales, en la cabecera de
las montañas, o de ciertos pozos, no era un alimento seguro, ya que su ingestión
era origen de enfermedades parasitarias y microbianas que inducían diarreas y
estados carenciales que llevaban a la muerte (36,37). “El agua para las ranas, se
decía”, ya que beber agua inducía riesgo nutricional, y hoy por hoy, a pesar de los
grandes progresos realizados, sigue siendo una asignatura pendiente, tener agua
higienizada, agua potable para todos.
Sabemos hoy que el vino es un buen ansiolítico cuando se consume en
cantidades moderadas. Es por otro lado aperitivo, abridor e iniciador de los
primeros encuentros, rompedor del hielo en las reuniones sociales, mejor
complemento de buenos platos y buenos postres (38), pero por otra parte
responsable del gran castigo que supone hoy el botellón y el consumo
indiscriminado de bebidas alcohólicas en nuestros niños y jóvenes (39).
Al igual que el pan, el vino adquiere un enorme simbolismo, y lo convierte
en alimento sagrado, alimento que nos conduce a la felicidad a través del
simbolismo generado en la seguridad y bienestar. En la cosmogonía de los
sumerios,
Ea
creó simultáneamente al dios del trigo y de las viñas,
para
multiplicar las ofrendas en los templos
” (23). Cristo, el
Mesías
, el
Ungido
tomó
una copa y dando gracias la bendijo y dio a sus discípulos diciendo
bebed todos de
ella, porque esta es mi sangre, sangre de la nueva alianza…
.(40).
Omar Khayyam era un poeta y astrónomo persa que vivió en los años del
siglo XI, a él se le atribuyen descubrimientos algebraicos y matemáticos, un nuevo
calendario. Omar en su obra Rubaiyat (41) nos dice:
Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, esfuérzate por ser feliz hoy. Coge
un cántaro de vino, siéntate a la luz de la luna y bebe pensando en que mañana
quizás la luna te busque en vano
.
Hay un fandango ancestral cuya lectura o cante señala el acercamiento
cultural y familiar de los humanos a tales bebidas
El vinillo es mi pariente
Y el aguardiente mi hermano
Yo no voy a una reunión
Como no sea con mi gente
El vinillo es mi pariente